viernes, 10 de febrero de 2017

Edam

Desde Amsterdam es fácil desplazarse en una mañana
a este agradable rincón llamado Edam.

Ninguno de sus habitantes ocultará sus magníficos salones.
Sus gatos vigilarán, cómodos, cada transeunte.
Los patos pasearán sobre los canales helados.
Las abuelas les darán de comer.

Y no habrá una esquina que desencante.
Cada ladrillo es perfecto en este frío remanso de paz.

















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