viernes, 15 de diciembre de 2017

Bosnia y Herzegovina

Atravesamos Bonia en busca de las playas de Montenegro y Albania, 
íbamos de paso.
Pero, inmediatamente a nuestra entrada, un balneario natural de aguas cristalinas
inauguró la lista de maravillas en este país.

Bosnia no es un país para "tener de paso". Merece una visita detenida.


Aguas calientes en Banja Luka.









Hacia el sur.







Mostar.
La ciudad de los contrastes.








Esquelas... y cementerios en Mostar.







Sarajevo.
Multicultural. 
Herida. La guerra aún vive en el corazón de la ciudad.

Homenaje a los que se fueron. 1992-1996.





Y el resto de la ciudad...


La ciudad.











Las huellas de la guerra, aún sangran.
Algunos impactos de bomba permanecen en el suelo, ahora pintados de rojo, para que el pasado no caiga en el olvido.





Las fuentes. El agua de Sarajevo.






The War Childhood Museum.
Allí donde los recuerdos de una infancia sitiada relatan cómo es ser niño y vivir la guerra.
Imprescindible.














miércoles, 22 de noviembre de 2017

Montenegro

Grata sorpresa Montenegro. 
Al menos sus dos joyas:
La bahía de Boka Kotorska, con la ciudad medieval de Kotor
El parque natural de Durmitor, con el gran cañón del Tara
Merece la pena perderse unos días para investigar los recovecos de este pequeño país.






La bahía de Boka Kotorska. Impresionante.




La ciudad medieval de Kotor, dentro de la bahía.
La joya de Montenegro.





Por cierto, para los amantes de los gatos... ¡Montenegro está lleno!




Todavía es fácil encontrar campos de minas antipersona vallados.





Cetinjie, la antigua capital.




La costa, de camino a Stari Bar.



Stari Bar, la ciudad medieval en ruinas.









Lago Skadar, en la frontera con Albania.






Parque nacional de Durmitor.
Donde el cañón del río Tara duerme.














En Montenegro nos ha gustado todo, menos su plato nacional: Kačamak
Un plato elaborado a base de polenta con un queso de vaca fuertemente aromatizado.