Un día no da para ver Budapest, pero una sola noche merece la pena.
La caída de la luz desde el Bastión de los pesacdores,
ver como la ciudad resiste iluminada ante la llegada de la noche,
es un espectáculo inigualable.
La ciudadela
La catedral en Buda
El Bastión de los pescadores
El Parlamento
El puente de los leones
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