Ladrillo rojo, bicicleta y orbayu.
Estamos en Bélgica, en la región de Flandes. Se respira modernidad a pesar de los edificios góticos. Ejecutivos en bicicleta, tiendas eco, veganismo, sushi y la más variada y selecta carta de cervezas: más de 1000 cervezas nacionales en un país de 30.000 km2.
Bélgica está dividido, dos naciones comparten una frontera, dos culturas, dos identidades. Nadie habla francés a mi llegada a Leuven, como tampoco lo hacen en Gante ni Brujas. Sólo Bruselas me permite practicar mi vago francés.
Leuven
Bruselas
La Grand place.
Callejeando
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